Alfred y su hermana nacieron como fruto de un experimento de su padre de renacer a Verónica Ashford, la fundadora de la familia y por lo visto una erudita. Esto hizo que tanto Alfred como Alexia tuvieran una inteligencia superior a la media (Alexia aún más que su hermano). Cuando descubrieron este hecho Alfred y Alexia le odiaron sin remisión.
Alexia descubrió que para poder coexistir con el virus sin que este destrozase su mente (como hizo con su padre), debería permanecer hibernada durante 15 años (al final menos). Alfred se convirtió en su único apoyo debido a lo precaria de su situación. Tras un tiempo, Alexia, debido a los poderes que iba adquiriendo tomó una especie de contacto mental con su hermano Alfred, pudiendo interactuar con él y con el mundo a través de su cuerpo. Desde ese momento Alfred aseguró y abandonó el centro de investigación en la antártida para que su hermana pudiera desarrollarse sin ninguna molestia, pero siempre dispuesto a volver si su querida hermana le necesitaba.
La asociación mental se hizo tan familiar para Alfred que lo olvidó, lo que supuso un trastorno cuando lo recordó accidentalmente provocando la rotura del enlace. (Esto argumentalmente es muy enriquecedor pues para el jugador Alfred parece ser un loco con doble personalidad (al igual que para los protagonistas), pero luego se revela que en realidad si existe una Alexia lo que da que pensar).
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